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Anti federalismo estadounidense, Una breve reflexión.

Anti federalismo estadounidense, Una breve reflexión:

Los Estados Unidos de América, como nación, como concepto, como orgullo, como odio, como ideología, ha supuesto en el mundo de los debates políticos una piedra angular, tanto si te encuentras a favor o en contra de los principales postulados que inspiran la existencia de esta nación. Tal ha sido su impacto en Occidente y en el mundo, que es una verdad innegable que sin los Estados Unidos, no existiría el mundo actual, al menos, tal y como lo conocemos.

Es por la máxima importancia que tiene esta nación, que es interesante estudiar sus orígenes políticos como país, cosa que ayuda, sin duda, a comprender cómo funcionan los actuales organismos políticos estadounidenses. Siendo una de las ideologías que más me han interesado acerca de los Estados Unidos, el anti federalismo tiene la peligrosa mezcla de no ser muy conocido y de, al mismo tiempo, no ser muy aceptado.

Recordándole al lector algunas de sus más básicas lecciones de historia, sabemos que los Estados Unidos nacieron como país una vez que ésta se independizó del Imperio Británico. Las Trece Colonias, como antes se conocía a la franja de tierra que ocupaban los Estados Unidos de 1776, en el momento de la proclamación de su independencia, habían experimentado desde los primeros tiempos de la colonización una suerte de autonomía que dejaba a las Colonias como entidades semi independientes, las cuales, pudieron disfrutar del imparable desarrollo mientras eran custodiadas por la seguridad que el Imperio les brindaba.

Una vez que, por los motivos que todos conocemos, los Estados Unidos se hacen una nación soberana e impediente, tras la Guerra Revolucionaria, la nueva nación se encontraba eufórica. Habían derrotado al mayor ejército de su tiempo y habían asegurado su existencia política. Pero, tras la victoria ¿Qué iba a suceder?, ¿Cómo se iba a organizar la nación?, ¿Cómo evitar lo que ellos consideraban que había ocasionado su independencia, el poder injusto, no legitimado, que ejerció el Rey?

Cabe en este momento hacer algunas consideraciones de importancia:

  1. La nueva nación, para los estándares europeos, era gigantesca. La estructura territorial establecida en las principales monarquías europeas no iba a ser válida en Estados Unidos.
  2. El general, héroe de guerra, y primer presidente del país, George Washington, era inmensamente popular. El país, entero, podría haber estado a sus pies, al menos, durante un tiempo.
  3. Lo revolucionario era el carácter eminentemente igualitario que tenía este nuevo país. Se eliminó la consideración aristocrática del título de posesión de tierras. La tradición británica del vínculo paterno filial en cuanto a que las propiedades territoriales hacían que todas ellas fueran heredadas por el hijo mayor. Esto fue abolido.
  4. El país se transformó en una República. Más tarde veremos en qué condiciones, y que se pretendía hacer con ella, pero el país había nacido con la expulsión del dominio de un rey.
  5. La independencia de las Trece no podía generar trece nuevos países. Esto era demasiado irreal para un momento donde la guerra se había extendido por todas las colonias, y en ellas, se había combatido de una forma unánime, habiendo incluso discrepancias entre los estados en esos momentos. Sin embargo, hubo unanimidad, no habría trece naciones, habría una. Ahora bien, ¿Qué poderes tendría el Estado central?
  6. Siguiendo con el punto anterior, el país inmediatamente después de la guerra se había constituido en torno a los Artículos de la Confederación, es decir, estábamos ante una república confederada.  13 Estados con poder, un gobierno central sin él.
  7. El comercio, pieza fundamental en la prosperidad de los individuos y de las naciones, tenía barreras arancelarias, ya no para con el exterior, sino incluso desde dentro de los propios Estados. Esta cuestión del comercio fue radicalmente importante a la hora de exponer el porqué se comenzó a cambiar el sistema.

Poco a poco, se empezaron a introducir cambios que intentaban que la Administración Central tuviese un papel más importante en el conjunto de la nación. Esto se ve claramente expuesto en la famosa Ordenanza del Noreste, la cuál pretendía organizar los territorios que los americanos habían logrado en esta parte del país, estipulando que los gobernadores y funcionarios de la zona serían nombrados por el Congreso. Una vez que cumpliesen ciertos requisitos, podrían estos territorios establecerse como Estados, con los mismos derechos que las 13 originales.

Al país se le presentaban dos alternativas: continuar con los Artículos de la Confederación, o dar un cambio. Se logró lo segundo. Hamilton y Madison consiguieron que se reuniese en Pensilvania una Convención Constitucional, que planteaba la creación de una Constitución donde se asentaron las bases de un gobierno central fuerte. 12 Estados enviaron representantes a la Convención. Solo la pequeña Rhode Island se negó a enviar representantes. Es por esto el porqué a un servidor le interesa tanto esta cuestión, y el porqué del nacimiento de este artículo. Rhode Island no quería saber nada de una constitución que impusiese el principio federal de la importancia del gobierno central sobre los derechos de los Estados,.. Rhode Island, un estado pequeño, tenía el muy comprensivo  temor de que el gobierno central fuera controlado por los Estados más grandes, como Virginia.

Recordemos el nombre de James Madison, representante de Virginia ante la convención, pues será una figura clave en posteriores escritos. La Constitución fue redactada, y sus principios básicos son concedidos por todos. Llegó el momento de que fuese aprobada. Es aquí, cuando los partidarios de la aprobación de la Carta serían llamados Federalistas, y los que rechazan la adopción de la misma, anti federalistas.

La mejor defensa de la adopción de la Carta fue publicada en una serie de artículos y recogida posteriormente en la obra que conocemos con el nombre de El Federalista. Hamilton y Madison fueron junto con John Jay, escritores de estos artículos, a pesar de la carrera política que Madison llevaría en el futuro, junto con los demócrata-republicanos (sucesores del Partido Anti-gubernamental, que a su vez es el sucesor directo de los anti federalistas),  en estos primeros momentos, apostaría por la validez de la Constitución y la necesidad que la nación tenía de adoptarla.

La Constitución, para ser rechazada, únicamente tenía que ser repudiada por 5 Estados. Esto no fue así, y la Constitución pudo ser aprobada por casi todos los Estados. Aún así, la adopción de la carta no estuvo libre de agrias luchas, donde los anti federalistas casi obtuvieron victorias significativas. Un caso destacado fue Massachusetts, donde la Constitución fue adoptada tras duras luchas por parte de los federalistas, pues la cámara estatal de este territorio aún estaba imbuida del sentimiento anti gobierno central que provocó la guerra contra Jorge III. En Virginia, Madison logró la victoria federalista, así como Jay y Hamilton lo hicieron en Nueva York. La leyenda de Washington se puso del lado federalista, y la batalla quedó zanjada. El congreso confederal se disolvió el 21 de Octubre y jamás volvió a reunirse. Los Estados Unidos abandonaron los Artículos, y adoptaron la constitución.

¿Qué implicaciones tuvo la adopción de la constitución? ¿Cómo cambió Estados Unidos y cómo se desarrolló el nuevo gobierno federal? ¿Fue buena dicha adopción? ¿ En qué posición quedaron los anti federalistas?

Para explicar todas estas cuestiones, simplemente debemos preguntarnos qué era ser anti federalista en aquella época. Ya hemos dicho que era oponerse a la adopción de la constitución, pero también incluía respaldar a los Artículos de la Confederación y su gobierno. Una buena definición de estos artículos puede ser que unieron a los Estados en un gobierno tan débil que solo funcionaba correctamente en la guerra. Ni en la paz, ni en el comercio, los Artículos iban a servir para poder hacer que la nación aguantara. Si los Artículos continuaban siendo la ley máxima de la nación, lo más probable es que los Estados Unidos se desintegrarse, no por amenazas externas, gracias a su lejanía de los conflictos europeos (que fue una de las razones de la victoria en la Guerra Revolucionaria y de su éxito como país a largo plazo), si no por el hecho de hacer realidad que, mientras no hubiese guerra, los Estados existirían como naciones independiente, y en vista de esto, ¿Por qué conservar la Unión? Los Artículos eran mucho menos estatistas, presentaban un modelo de gobierno casi inexistente y aceptaban el derecho de secesión. La Constitución no otorga nada de esto. Observemos ahora cuales un resumen de dichos artículos:

  1. Estados por delante de la Unión. Los Estados conservarán su libertad e independencia, su jurisdicción y sus derechos.
  2. Establece los Estados Unidos como una liga de Estados Unidos para “… su defensa común, la protección de sus libertades y su bienestar mutuo y general, y se obligan a auxiliarse unos a otros en contra de toda violencia… o ataque que se les lance…”
  3. Establece la libertad de movimiento: todo el mundo es libre de transitar por los estados, salvo los “indigentes, vagabundos y prófugos de la justicia”.​ Todas las personas disfrutan de los derechos que les otorgue cada Estado en que se encuentren. Si se comete un delito en un Estado y el autor huye hacia otro estado, será extraditado y será juzgado en el estado dónde se cometió el delito.
  4. Asigna un voto en el Congreso de la Confederación (llamado “Estados Unidos en Congreso Reunido”) a cada estado y una delegación entre dos y siete miembros. Los miembros del Congreso eran designados por los órganos legislativos locales; los miembros no podían ocupar el cargo por más de tres de cada seis años.
  5. Limita los poderes del gobierno central a dirigir las relaciones exteriores y declarar la guerra. Ningún Estado puede tener ni armada ni ejército y no puede declarar la guerra sin permiso del Congreso.
  6. Define los derechos del gobierno central: declarar la guerra, establecer los pesos y medidas (incluyendo las monedas) y autorizar al Congreso a ser el árbitro final para cualquier disputa entre los Estados miembros.

Siendo estos los artículos que más importante me ha parecido reseñar, lleguemos a la conclusión: ¿Se encuentran los Artículos de la Confederación de acuerdo con los principios fundamentales del liberalismo clásico? ¿Lo está la Constitución? ¿Tuvo el anti federalismo la razón? 

A la primera pregunta, yo respondería sí. A la siguiente, yo respondería sí, a la última, yo respondería que sí. Sin embargo, es necesario matizar las dos últimas preguntas. 

Bajo el punto de vista de este escritor, la Constitución cumple con los motivos principales del liberalismo clásico, pero evidentemente peca del aumento estatista. A pesar de la inclusión de la Carta de Derechos por parte de Madison, que fue una herramienta ideal para poder imponer un férreo control al nuevo poderoso gobierno central en cuanto a las libertades civiles, como se ha visto en la actualidad, esto no ha sido suficiente para que el gobierno federal se salga de las fronteras que la Constitución prefijó para él. Yo estoy convencido de que la Constitución garantizó la existencia de los EEUU hasta la actualidad con la desgracia de la perversión típica de todo gobierno que se expande y crece de forma voraz, ocurriendo este suceso especialmente a partir de la Guerra de Secesión. El gobierno, con los Artículos, no pudo haberse expandido porque no habría habido gobierno, pues no existiría la Unión tal y como la conocemos a día de hoy. Fueron las acciones de Madison y Jefferson las que hicieron que, a pesar de encontrarnos con una nueva carta magna, mucho más estatista que la anterior, y con más peligro de que el Estado americano se convirtiese en lo que es hoy, podemos sin embargo estar contentos con dicha Constitución, pues cumplió con sus objetivos, dentro de un marco estatal, combinando la existencia de la nación con la suficiente libertad individual y territorial (a pesar de la desaparición del derecho de secesión), que existió en este país durante 100 años más, como digo, motivado por el esfuerzo y trabajo del partido demócrata-republicano. 

En cuanto a la posición anti federalista considero que tenían razón en cuanto a su miedo de que la Constitución diese paso a la creación de un monstruoso Leviatán, igual que del que se independizaron, y estoy convencido de que si estuviesen respirando a día de hoy, se encontraría más cerca de sus postulados naturales que nunca antes. Sin embargo, creo que los artículos simplemente no habrían sido capaces de mantener a la nación unida. Es por ello por lo que la posición anti federalista, a pesar de tener razón en los postulados que les infunden temor, debían haber colaborado con el resto de la nación para asegurarse de que la Constitución pudiese estar lo más cerca posible de sus postulados  (como de hecho, hicieron de una forma impecable en los posteriores periodos políticos): el anti federalismo solo pudo haber triunfado en una nación si se considerase que la existencia del país requería dichas reformas, pues el poder es así de nefasto, solo orbitando alrededor de ese monstruo, de esa creación siniestra, es posible hacer uso de la misma y de su poder para mantener lo que fue sin duda la nación más libre del mundo pero sin degenerar en el apocalipsis civilizacional. Esa debió ser la postura anti federalista. Situarse tanto como sea posible en la frontera entre la Libertad, y la conservación de ese proyecto pionero que mostraría una luz al mundo durante unas cuantas décadas, conocido como los (porque son “los), Estados Unidos de América.

 

Alfonso Muñoz Ruiz.

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